jueves, 22 de marzo de 2018
“Entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”
« El esclavo no se quedará en la casa para siempre; el hijo, en cambio, permanece para siempre.». Esa casa, es la Iglesia, y el esclavo, es el pecador. Los pecadores entran numerosos en la Iglesia. El Señor no dice: el esclavo “no está” sino más bien “no permanece en la casa para siempre”…Cuando el rey de toda justicia esté sentado en el trono, como lo dice la Escritura (Mt 25:31), ¿quién podrá glorificarse de tener un corazón puro? ¿Quién podrá glorificarse de no estar manchado por el pecado? ¿Adónde pues está la esperanza, para nosotros quienes no estamos sin pecado?
Escucha tu esperanza: «Pero el Hijo permanece para siempre; si entonces el Hijo les da la libertad, serán realmente libres»…éramos esclavos de nuestro egoísmo; una vez liberados seremos servidores del amor. Es lo que dice el apóstol Pablo: «ustedes hermanos míos, han sido llamados a la libertad, pero que esa libertad no sea un pretexto para satisfacer su egoísmo; al contrario, pónganse, por amor, al servicio los unos por los otros» (Ga 5:13). Un cristiano no puede decir: « ¡soy libre!, fui llamado a la libertad; era un esclavo, pero fui redimido, entonces me encuentro sin obstáculos y puedo hacer lo que quiero. Que nadie se oponga a mi libertad, ¡soy libre!» No, si ocupas tu voluntad para cometer el pecado, te conviertes en esclavo del pecado. No abuses entonces de tu libertad; al contrario, sírvete de ella para evitar el pecado. Serás libre si te conviertes en servidor, exento del pecado si te conviertes en servidor de la rectitud.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermones sobre el evangelio de San Juan, nº41,8 (Trad. ©Evangelizo.org)
“Cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12:32)
Deseo que sepas y que comprendas hermano…que hay muchas serpientes en el desierto que muerden la multitud de tus pensamientos, es decir las injurias, las difamaciones, las angustias, las murmuraciones, las disputas, las calumnias que son lanzadas en contra tuya…Pero si quieres escapárteles, haz lo que hacían los israelitas…: ellos miraban a la serpiente de bronce que Moisés había elevado sobre la cima de la montaña, y todos lo que obedecían y la miraban eran sanados. Tú también, cuando te veas mordido por una de estas serpientes, mira a nuestro Señor Jesucristo suspendido en la cruz…Como dijo el apóstol Pablo: «Fija los ojos en Jesús, origen y término de nuestra fe. Renunciando a la felicidad que se le ofrecía escogió la humillación de la cruz» (He 12:2)…
He aquí en pocas palabras como es que debes fijar los ojos en él cuando has sido mordido por las serpientes: cuando seas deshonrado, fija los ojos en él; quien fue deshonrado por ti, fue tildado de demonio y de Samaritano (Jn 8:48)…, fue pisoteado, abofeteado, le escupieron en la cara, le dieron vinagre de beber y también hiel, le golpearon la cabeza con una caña. Si te muerde un pensamiento de vanidad, porque se te confían tareas importantes, recuerda la palabra de nuestro Señor: «cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: no somos más que unos pobres servidores » (Lc 17:10). Si tienes ganas de menospreciar a tu hermano a causa de su debilidad, fija los ojos en aquél que mostró más atención por los pecadores, los publicanos y las prostitutas para convertirlos por medio de su encuentro; más bien que por los justos que no tenían necesidad de conversión (Lc 5:30-32). Y cuando tus tendencias naturales y los demonios te agobien, fija los ojos en él, colgado en la cruz, las manos y los pies fijados por los clavos…
Sin cesar medita sobre estas cosas en tu corazón, y el veneno de las serpientes desaparecerá de tu corazón. Por su crucifixión, Jesús está más cerca de ti que lo que la serpiente de bronce estuvo de los hebreos: él vive en tu corazón, y en los pliegos secretos de tu alma la luz de su rostro glorioso resplandece.
Filomeno de Mabboug (¿-c. 523), obispo de Siria
Carta sobre la vida monástica (Trad. ©Evangelizo.org)
domingo, 18 de marzo de 2018
Un pensamiento del cardenal Sarah.
Una sociedad sin Dios, que considera letra muerta la problemática espiritual, enmascara el vacío de su materialismo matando el tiempo para olvidar mejor la eternidad. Cuanto mas extiende su influencia la materia, más placer busca el hombre en distracciones sofisticadas, narcisistas y perversas; más se olvida el hombre de Dios y más se contempla a sí mismo. Al mirarse y ver las deformidades y la fealdad que los excesos han grabado en su rostro, se maquilla para hacerse la ilusión de que sigue siendo el ser iluminado por el resplandor original de la criatura de Dios. Pero el mal que oculta es como una brasa encendida bajo la ceniza.
Sin Dios, el hombre construye su infierno en la tierra. Las distracciones y los placeres pueden convertirse en auténticas plagas para el alma cuando se hunden en la pornografía, la droga, la violencia y en toda perversión posible. (cap. 6).
Dios o nada. Cardenal Robert Sarah.
Sin Dios, el hombre construye su infierno en la tierra. Las distracciones y los placeres pueden convertirse en auténticas plagas para el alma cuando se hunden en la pornografía, la droga, la violencia y en toda perversión posible. (cap. 6).
Dios o nada. Cardenal Robert Sarah.
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