sábado, 15 de noviembre de 2014

San Alberto Magno.

El milagro de San Alberto


Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí que soy ‘Trono de la Sabiduría?’.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías". Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo: "Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima". Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió.

martes, 11 de noviembre de 2014

“Tibi silentium laus”, dice un salmo (LXIV, 2). “El silencio es Tu alabanza”



Al príncipe de este mundo le ha sido ocultada la virginidad de María, y su
alumbramiento, al igual que la muerte del Señor: tres misterios sonoros, que fueron realizados en el silencio de Dios.

San Ignacio de Antioquía a los Efesios.


                                                       Icono griego del s. XIV

                                 

John the Apostle | The Theologian in Silence


viernes, 7 de noviembre de 2014

Beata Madre Teresa de Calcuta




"Jesús te ama siempre, incluso cuando tu no te sientes digno.

Cuando no eres aceptado por los demás, incluso a veces por sí mismo, Él es el que siempre te acepta. Sólo cree, eres precioso para él.

Trae todo lo que estés sufriendo a sus pies, sólo abre tu corazón para ser amado por Él, tal como eres. Él hará el resto ".

-Beata Madre Teresa de Calcuta.

sábado, 25 de enero de 2014

Beato Charles de Foucauld.



“Silenciosa, secretamente, como Jesús en Nazaret, oscuramente como Él, pasar desconocido sobre la tierra, como un viajero en la noche, pobre, laboriosa y humildemente, haciendo bien como Él… desarmado y mudo ante la injusticia como Él; dejándome, como el Cordero divino, trasquilar e inmolar sin resistir ni hablar; imitando en todo a Jesús en Nazaret y a Jesús sobre la cruz”.

Beato Charles de Foucauld